
Carlos Alberto Gómez Expósito es un mozo de buen ver, trabajador, curioso y bastante tímido.
En el pueblo está bien considerado, si preguntases te dirían que es serio pero afable y que se puede confiar en él.
Carlos Alberto de vez en cuando tiene desplazarse a la capital, principalmente para trámites o comprar algún producto que no lo encuentra en el pueblo.
Va en tren y después tiene que coger un tranvía para llegar al centro.
Siempre en el tranvía ve señoritas muy bien vestidas, arregladas, que van camino al trabajo, le gustan pero nunca se ha atrevido a hablar con ninguna de ellas…. Quizás por su timidez, quizás por ser de pueblo, quizás por su autoestima..…
Pero hoy es diferente, hoy ha venido a la ciudad decidido a entablar conversación con alguna de esas señoritas…
Para la ocasión, su amigo José le ha dejado un traje, le ha hecho el nudo de la corbata y ayer; Celi, la peluquera lo peino a su gusto…y es que, una vez Carlos Alberto leyó en algún sitio que «la primera impresión es la que cuenta».
Carlos Alberto está como un niño con zapatos nuevos y con mucha ilusión.
Con los nervios de la situación al entrar al tranvía ha tropezado y casi atropella a una señorita que estaba sentada al lado del pasillo.
Educadamente se ha disculpado y se ha sentado al otro lado. Después de sobreponerse a la vergüenza de la situación se ha dirigido a ella y le ha pedido se la podía invitar a un café.
La chica aún sonriente por la situación acaecida. Le ha dicho que sí.
Se han bajado en la próxima parada y han entrado en un café con amplios ventanales que está al lado de la parada.
Y allí están los dos sentados, Carlos Alberto y María, que así se llama ella.
Carlos Alberto aún no se cree lo que esta pasando, él tomando café con María una señorita… con las que siempre quiso hablar y no se atrevía.
Mientras conversa Carlos Alberto está viendo que esa belleza que antes le frenaba no es tan separadora, la ve como una persona cercana, agradable, en definitiva, normal…
Se pregunta como no lo había hecho antes, que tiene hoy de especial, que juicios tenía formados.
Siguen hablando y la corbata le ahoga no se siente cómodo así vestido…
Se pregunta si fue el traje, el corte de pelo, la actitud …
Y se sonríen.
En fin hoy es un gran día.