El diagnóstico me desubicó la existencia. Tenía otras expectativas, otros anhelos. No era lo que esperaba.
Todos los que me rodeaban me felicitaban de manera eufórica, mientras que ilusa yo les pedía con la mirada «justifica tu respuesta».
Entonces ella me habló de su experiencia. Me dijo:
«Retate a conocer un tipo diferente de amor. Comprométete a aceptar tu nueva cómplice. Aprende a transferir tus conocimientos. Acepta que alguien más, dentro de tu círculo cercano, sabrá leerte entre líneas. Conviértete en maestra y comparte tu sabiduría, transfiriéndolos a una nueva generación. No será mejor. No será peor. Sólo será diferente. Para ti será como empezar de nuevo. Será tener una libreta recién comprada llena de líneas y hojas en blanco, esperando que tú la llenes con las anécdotas de tu nueva experiencias de ser mamá».
Solo ella fue capaz de darme herramientas para este nuevo proyecto.