Por olvidar

imglykit-exportSe me olvido que te había olvidado… Simplemente lo borré de mi memoria, por eso cuando regresaste fue tan fácil para ti envolverme nuevamente en tus redes…

Por olvidar que te había olvidado volví a creer en cada una de tus caricias… Volví  a desear tus besos…

Que contradicción. Me acordé de todo cuando te vi… todo volvió a mi… recordé las sensaciones que provocaron tus manos en mi piel… mis labios anhelaron nuevamente los tuyos… de mi boca un suspiro involuntario te hizo saber la falta que me hacías… mis ojos no lograron mantener como antes tu mirada… y hasta el rubor de mis mejillas se hizo presente… tal vez solo para darte la bienvenida.

Se me olvido que te había olvidado… y un vórtice de intensos recuerdos invadieron mi mente… Ella fue la culpable… Nunca dejo de estar en cada uno de nuestros encuentros. Esta vez no fue la excepción, el sentirla sobre mi fue posiblemente lo que reactivó esa parte de mi cerebro que estaba dormida.

Olvidé los resentimientos que tenía guardados, las rabias acumuladas y la dolorosa decepción que dejaste al marcharte. Olvidé que debía odiarte por tus mentiras y falsedades. Olvidé las noches de penas que me provocaste así como las lágrimas que por ti derramé. Olvidé los sueños destrozados y los planes tronchados que dejaste en mi camino.

Olvidé que te había olvidado y lograste tirar al suelo mis defensas. Olvidé que te había olvidado… y tal vez por eso tu recuerdo ahora es más reciente.

Me gusta o no me gusta, esa es la cuestión

me gusta, no me gusta

Parafraseando a Shakespeare en Hamlet, es como inicio este post. Que llegando de improviso me ha enganchado en la idea de Miguel a través de By Pils. Asi que sin ser invitada aquí me tienen les guste o no.

Me gustan las tardes y las noches lluviosas. No me gustan los charcos que se arman en las avenidas de mi país.
Me gusta, como masoquista que soy, las canciones que me despiertan la melancolía. No me gustan las canciones que no tienen letras.
Me gusta una taza de café durante una tertulia con mis amigas. No me gustan las reuniones impuestas donde nadie aporta nada nuevo.
Me gustan las verdades que me alegran el corazón. No me gustan las mentiras que me evitan pesares.
Me gustan los abrazos de mi madre. No me gustan las sonrisas de los hipócritas.
Me gusta salir de paseo con mi esposo. No me gustan las visitas improvisadas que no saben cuando irse.
Me gustan las amigas que aún sabiendo las cosas aconsejan en base a la verdad no solo por la conveniencia de la situación. No me gustan las personas confianzudas y desatinadas al hablar.
Me gusta que las ideas más originales lleguen cuando menos las estoy buscando. No me gustan cuando no logro expresar en el papel lo que pensé antes.
Me gustan estos originales retos que estrechan la relaciones entre los blogueros. No me gustan quienes piden mediante comentarios que les siga. Prefiero que sus entradas me obliguen a seguirlos.