Diferencias al acudir por la belleza

Wall-Decal-Salon-Poster-Beauty-Salon-Hairdresser-Manicure-Nail-Fashion-Stickers-Decor-Wall-Salon-Stickers-Window.jpg_220x2200.1_0.06_0_0.04_302_302_library_67414

Como madre de un niño me toca involucrarme en cosas de hombres. En situaciones que normalmente le corresponden a mi esposo, pero como defensora incorregible de la practicidad, me toca hacer cosas de chicos.

Acompañando a mis galanes a sus citas de mantenimiento, dígase ir con ellos a la barbería a recortarse, descubrí algunas diferencias en los comportamientos de ambos géneros en estos lugares de cuidado personal.

Queramos admitirlo o no las mujeres acudimos a los salones de belleza olvidando los relojes en la casa, y con el pensamiento bien claro que deberán pasar al menos cuatro horas para regresar. (Este último mandamiento no se cumple si tomamos la hora del almuerzo para asistir y evitar más miradas de desagrado de nuestro jefe y compañeros de trabajo al vernos el look de playa con que llegamos el lunes a nuestras oficinas).

Los hombres, si quiera pasan de la puerta al ver dos caballeros esperando turno. Prefieren irse y regresar cuando puedan encontrar el lugar especialmente dedicado para ellos, dígase vacio.

Las mujeres al llegar al salón en horas de la mañana, suelen hacerlo al menos con un sobre de café en las manos. Inmediatamente llegan llaman al delivery a pedir galletas o panes para acompañar. Situación que se repite, de acuerdo a la hora del día. Si es hora del almuerzo, mueven el vehículo con tal de ir a comprar un pica pollo chino, con su respectivo litro de gaseosa. Al caer la noche, específicamente si es fin de semana, prefieren de las verdes vestidas de novia. Aclárese que no necesariamente deben estar las mismas damas en busca de beldad durante los tres momentos.

Los hombres comen antes o después. Nunca en el lugar en sí. Podrían acceder a las cervezas si es fin de semana y si el ambiente lo requiera. De lo contrario, saliva, no más.

Las mujeres solemos integrarnos en el salón. Las que llegan temprano organizan sillones, roleras, cepillos, etc. Si el piso se llena de cabello por los recortes saben exactamente dónde buscar la escoba para que el piso se mantenga limpio. Situación que se repite con las chicas que están cuando el salón cierra. Todo en pos de cumplir con nuestro deleite de ayudar al prójimo. En este caso sería por el marcado interés de tener la buena voluntad de nuestra amada estilista y evitar accidentes desagradables en nuestras cabelleras.

Los hombres no se preocupan por el cabello en sus pies. Ni siquiera cuando tiene que luchar con los cables de los aparatos para lograr desenredarlos de las montañas de cabellos que los arropan.

Los salones de belleza son lugares de desahogo de las mujeres.  Acuden a hablar, a quejarse, a dar y recibir consejos. La música apenas perceptible, normalmente solo sirve para evitar que terceros intrusos logren descifrar los temas que se debaten. Estos se vuelven generales. Todas son bien recibidas a comentar, a participar, a opinar. A final de cuentas es consenso general lo que se busca. “Voz de pueblo, voz de Dios”. “En la multitud de consejeros, hay sabiduría”.

Por momentos, pensé que los hombres tenían un vocabulario limitado. La manera en que cuidan las palabras usándolas cuando eran estrictamente requeridas, me hacia entender que no eran muy necesarias. Los gestos bastaban… y se entendían a la perfección. Hasta llegué a contar el tiempo y duraron una hora y 10 minutos donde apenas 20 frases intercambiaron. Confieso que no me volví loca por estar entretenida analizándolos y escribiendo estas líneas.

Este fue mi análisis al asistir como invitada muda en un ambiente donde rebosaba la testosterona. Ya veremos que nuevas experiencias me esperan al ser mujer en un mundo de hombres.

Aplicar en nosotros mismos (2)

Continuación:

walking-up-stairs-blog

16 – Deja de lado los celos: Los celos son el arte de contar las bendiciones ajenas en vez de las propias. Pregúntate esto: “¿Qué es lo que tengo yo que todos los demás quieren?”

17 – Deja de quejarte y de sentir pena de ti mismo: La vida tiene sus altibajos por una razón: para moldear tu camino en la dirección correcta para ti. Puede que no veas o entiendas todo en el momento en que sucede, eso puede ser muy duro. Pero recuerda los momentos difíciles que ya has pasado: Casi siempre nos llevan a mejores lugares, personas, estados mentales o situaciones, eventualmente. ¡Así que sonríe! Deja que todos sepan que hoy eres mucho más fuerte que ayer, y así continuarás.

18 – Deja de guardar resentimiento: No vivas tu vida con odio en el corazón. Terminarás lastimándote a ti mismo más de lo que las personas que odias podrían. El perdón no es sólo decir: “Está bien lo que me hiciste”, es poder decir: “No voy a dejar que lo que me hiciste arruine mi felicidad para siempre”. El perdón es la respuesta, déjalo ir, encuentra la paz, ¡Libérate! Y recuerda, el perdón no es sólo para las demás personas, también es para ti mismo. Si debes, perdónate a ti mismo, supéralo e intenta hacerlo mejor la siguiente ocasión.

19 – Deja de permitir que otros te bajen a su nivel: Niégate rotundamente a rebajar tus estándares para adaptarte a quienes se niegan a elevar los suyos.

20 – Deja de desperdiciar el tiempo explicando tus razones a los demás: Tus amigos no lo necesitan y tus enemigos ni siquiera lo creerán. Sólo haz lo que tu corazón te dice que es correcto.

21 – Deja de hacer las mismas cosas una y otra vez sin tomarte un descanso: El tiempo perfecto para tomarte una pausa es justo cuando no tienes tiempo para ello. Si continúas haciendo lo mismo, seguirás obteniendo los mismos resultados. Hay veces que necesitamos un descanso para ver las cosas más claramente.

22 – Deja de pasar por alto la belleza de los pequeños momentos: Disfruta de las cosas pequeñas porque un día mirarás atrás y descubrirás que eran, en realidad, las cosas más grandes. La mejor parte de tu vida serán las cosas pequeñas, momentos innumerables que invertiste sonriendo a quien te interesa de verdad.

23 – Deja de intentar que las cosas sean perfectas: El mundo real no recompensa a los perfeccionistas, recompensa a las personas que hacen las cosas en tiempo y forma.

24 – Deja de seguir el camino más fácil: La vida no es fácil, especialmente cuando planeas realizarte en algo que vale la pena. No tomes la alternativa más fácil siempre, haz cosas extraordinarias.

25 – Deja de actuar como si todo estuviera bien cuando no lo está: Está bien quebrarse de vez en cuando, no tienes que pretender ser fuerte, no hay necesidad de probarle a nadie que todo está perfectamente todo el tiempo. No debería preocuparte lo que los demás piensan. Llora si lo necesitas, es saludable dejar fluir esas lágrimas. Cuanto más pronto lo hagas, más pronto serás capaz de sonreír de nuevo, sonreír de verdad.

26 – Deja de culpar a los demás de tus problemas: La capacidad de alcanzar tus sueños depende de tu capacidad de hacerte responsable de tu vida. Cuando culpas a los demás de lo que te pasa, estás rechazando esta responsabilidad: Le das poder a otros sobre una parte de tu vida.

27 – Deja de hacerlo todo por todos: Eso es imposible, y solamente terminarás exhausto. Pero hacer sonreír a una persona, a esa persona especial sí puede cambiar el mundo. Quizá no el mundo entero, pero sí una parte de él: enfocarse es el secreto.

28 – Deja de preocuparte demasiado: Preocuparse no le quita problemas al día de mañana, le quita felicidad al día de hoy. Una manera de saber si vale la pena preocuparse es plantearse la siguiente pregunta: “¿Importará esto dentro de un año? ¿Tres años? ¿Dentro de cinco años?” Si la respuesta es negativa, entonces no vale la pena darle más vueltas al asunto.

29 – Deja de enfocarte en lo que no quieres que suceda: Mejor, enfócate en lo que sí quieres que pase. Pensar positivo es el preámbulo al éxito rotundo. Si despiertas cada mañana con el pensamiento de que algo maravilloso sucederá ese día y pones suficiente atención, descubrirás que estabas en lo correcto.

30 – Deja de ser ingrato: No importa lo bien o lo mal que te ha ido, levántate de la cama agradecido por tener vida. Hay quienes, en algún lugar, luchan por ella desesperadamente. En lugar de pensar en lo que te hace falta, intenta pensar en lo que tienes y que a muchos les hace falta.

http://www.taringa.net/posts/apuntes-y-monografias/17896436/30-Cosas-Que-Debes-Dejar-De-Hacerte-A-Ti-Mismo.html