Y cuando mas envuelta estas en los líos de la oficina. Cuando manejando atascada en el transito con mil cosas que resolver, la nostalgia se sienta a tu lado y te pone conversación. Inicia su monologo con incoherencias publicas llenas de significados que solo tu entiendes. Te obliga a pensar, a recordar las historias del ayer que asumías superadas mucho tiempo atrás.
Llenas tu mente de interrogantes, de «y si», analizando los diferentes y ya imposibles finales de historias que ya concluyeron. Nada cambiara y lo sabes, es solo pensar. Por hilvanar ideas y crear nuevos presentes.
Creo que es un moderno método de tortura. Sabes que ya es pasado. Pero esa estúpida llama de esperanza se mantiene latente y encendida. No conoces el motivo, pero sabes que sigue ahí.
Entonces te das cuenta de que no son suficientes tus aristas propias, requieres ayuda externa. Ahí es donde convocas a tus amigas. A esas locas incoherentes que te conocen mas de lo que deberían y por eso te soportan. Esas incomprendidas sociales que amas y en quienes confían. Que son capaces de estrellarte contra una pared, solo para hacer que reacciones debidamente ante una situación.
Es con ellas, entre lagrimas y alcohol, donde te atreves a desnudar tu alma decir en voz alta aquellas cosas que te autoprohibes pensar.
Que dicha saberlas presentes y dispuestas. Sabias y coherentes. Incapaces de reprimirse y de mentirte. Autenticas y leales.
Como es de inquisitiva nuestra mente loca, ronronea y persiste en traernos pensamientos como lo describen bien. Buena onda.
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Disfruto de una interesante y diversa tribu, que personas que me aceptan y yo a ellos. Nos aceptamos y respetamos, así sin más.
Gracias.
agnyez!
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