¿Quedarán escondidos en mis ojos algunos rastros de la mujer que una vez fui?
Me he perdido. Desconozco a la mujer que al despertar encuentro siempre en mi espejo.
Admito que somos ríos. Siempre cambiantes, nunca iguales. Pero en el proceso de transformación se supone que debes ir adaptándote, más si el proceso se inicia por voluntad propia. O acaso es este proceso más de lo que puedo manejar.¿Será demasiado para mí?
En mi defensa solo diré que he dejado de pensar. Pensar duele demasiado. Me he convertido en una autómata que vive un día a la vez (si a eso se llama vivir). Mejor dicho un autómata que resuelve los problemas de un día a la vez.
Tampoco debo ser ingrata. No niego mis satisfacciones actuales, que son muchas. Pero son como plantas, requieren cuidado y tiempo para alcanzar su máximo esplendor.
Mientras solo queda esperar.
El tiempo, la vida, el sedentarismo y otros factores emocionales nos oldean de una u otra forma, pero es posible regrea, no el tiempo, pero si lo que tu puedes hacer. El objetivo es amarte como eres. Te abrazo y te dejo tus orsas.
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Querido Ruben:
Creo que parte de la tecnica es no desesperarse. Asumir con la cabeza en alto que no es buen momento y continuar. Ya todo vovera a su curso, reorganizandose de la manera mas conveniente.
Agnyez!
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