Es indudable que me estas cambiando. Mi vida gracias a ti ha sido marcada con un antes y un después. Tu llegada me ha resignado a cambios en mi vida, los cuales he aceptado.
Mi peso ha aumentado mes por mes, a tal punto que en un solo mes aumenté 10 libras. Mi talla de ropa ya es cosa del pasado. Ya no suelo especificar alguna, uso aproximadamente unas cuatro tallas más.
Antes solía dormir boca abajo, me complacía y me acomodaba mejor; ahora tú me lo impides. Jugaba cada día al despertar antes de salir de la cama. Ya esos juegos se ven limitados a mi imposibilidad de realizar movimientos bruscos.
Antes de energía poco agotable, tiendo cansarme fácilmente. Al realizar cualquier actividad debo sentarme a retomar fuerzas. A la hora de dormir debo masajear mi cuerpo para subsanar las molestias. Unas simples escaleras me sofocan. Mi respiración se mantiene exaltada, pues tu corazón depende del mio.
Confieso con orgullo que los malestares nunca hicieron acto de presencia. No sé lo que son mareos, ni náuseas matutinas. Solo reconozco en mi cuerpo el sabor amargo en la boca. Esto no me imposibilita comer, más bien me obliga a ingerir alimentos. En mayor cantidad y en cualquier momento. El placer de comer para mi ya no es el mismo.
Mi fuerte temperamento se ha dulcificado. Ya no tiendo a buscar pelea ni contradicción solo por gusto. Mis gustos y placeres han pasado a un segundo plano. Ahora cada una de mis actuaciones dependen de lo que te conviene a ti. Los medicamentos que tomo son para formar tu cuerpo, para llenarte de las vitaminas y proteínas que necesitas.
Mis desarrolladas caderas han aumentado aún más. A la hora de vestirme para salir todo es un gran rompecabezas, una odisea. Piezas que no me quedan. Unas que me ajustan demasiado. Otras que simplemente no me gustan. A veces por las noches no encuentro posición de dormir. Y tiendes a despertarme en la madrugada cuando buscas posición cómoda para estar.
Sé que a lo mejor no volveré a mi antigua talla 10, ni que podré disponer de mi tiempo a mi antojo, tampoco que lograré dormir toda la noche de un tirón. A pesar de todas estas cosas, tu presencia desde ya me bendice. Ahora miro al futuro, buscando como planearte el mejor porvenir de todos. Te amo desde el día en que me enteré que te estabas formando en mi.
Gracias a ti me siento más humana.