No somos perfectos, pero no la necesitamos para disfrutar a plenitud uno del otro. «De la abundancia del corazón, habla la boca», dice la Biblia. Es por eso que desde que llevo dos anillos en mi mano izquierda, las palabras respecto a ti fluyen con mayor facilidad. Has llenado mis expectativas, al punto de sobrepasarlas. Día a día, encuentras maneras de alivianar mis cargas. Tu compañía me reconforta, me sana, me libera, me protege. Quisiera encontrar miles de maneras nuevas para que lo entiendas.