«Un hombre preguntó a un sabio si debía quedarse con su esposa o su amante. El sabio tomó dos flores en su mano: una rosa y un cactus, y le preguntó al hombre:
– Si yo te doy a escoger una flor, ¿cuál eliges?
El hombre sonrió y dijo: ¡La rosa es lógico!
Ante esto el sabio respondió:
A veces los hombres se dejan llevar por la belleza externa o lo mundano y eligen lo que brille más, lo que valga más. Pero en esos placeres no está el amor. Yo me quedaría con el cactus porque la rosa se marchita y muere. El cactus en cambio sin importar el tiempo o el clima seguirá igual, verde con sus espinas. Y un día dará la flor más hermosa que jamás hayas visto. Tu mujer conoce tus defectos, tus debilidades, tus errores, tus gritos, tus malos ratos y aún así está contigo. Tu amante conoce tu dinero, tus lujos, los espacios de felicidad y tu sonrisa, por eso esta contigo. Ahora dime hombre… ¿Con quien te quedarás?
Pero si se casa con la rosa se convierte en cactus ¿no?, porque no hay mujeres que nacen rosas ni cactus, esas cosas las dan la convivencia.
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Querido Dessjuest, tienes razón. Los seres humanos, especialmente las mujeres, somos hijos de nuestras circunstancias. Aunque hay algunos casos excepcionales donde ajustamos nuestras situaciones a nosotros mismos.
Agnyez!
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Sabias reflexiones que la vida me ha demostrado que son ciertas.
Quien te ama a lo mejor el tiempo la ajado pero su alma alberga un inmenso amor que entrega a quien la ama.
Un saludo.
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Amar es una decisión que se toma día a día.
Agnyez!
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Buena reflexión!!…..
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Gracias. Es tuya también. Compártela.
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Buen dilema. Pero puede llegar la transformación, en un sentido u otro.
De todas formas, buena pregunta.
Un abrazo,
Jesús
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Cada caso es particular y singular. Aun así resulta bueno tener las opciones a la vista.
Agnyez!
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Estoy de acuerdo.
¡Salud!
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Hay rosas con espinas y cactus con flores. Y merluzos que no ven lo que tienen delante de los ojos. C’est la vie, mon petite…
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No hay nada completo.
Agnyez!
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Estoy tan acostumbrada a las espinas de la vida que, sinceramente, yo me quedaría con el cactus. Dura mucho más y yo necesito estabilidad. Además, ahora mismo los cactus que conozco están dando unos chumbos que me tienen totalmente abducido el paladar. La rosas no huelen como antes y se marchitan el mismo día aunque les pongas aspirinas. Besitos.
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Todo trae su pro y su contra… Queramos o no.
Agnyez!
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Si, todo bueno tiene parte mala y todo malo tiene parte buena. Es la vida.
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Menos mal que no le preguntan a la mujer porque eligiese lo que eligiese siempre se quedaría con un capullo.
Saludos
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En la eterna juventud…
Agnyez!
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Bonita reflexión y expléndida comparación… La rosa marchita y el cactus siempre vivo… No había parado a darme cuenta…
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A veces eso pasa… No nos damos cuenta de lo que tenemos frente a nuestros ojos y es alguien mas quien nos muestra la realidad.
Agnyez!
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Habría que preguntarle a Socrates.
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Y donde lo encontrariamos a el?
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Me gustan las fábulas.Luego que cada cual saque su moraleja.
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Todo dependerá de como le convenga.
Agnyez!
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Me encantó esa frase: «Amar es una decisión que se toma día a día.»
Es muy cierto, rosas o cactus… Cuando amas a una persona, la amas con todo lo malo y todo lo bueno… Pues es eso justamente lo que hace a esa persona lo que es.
Excelente entrada… Besos.
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Así lo pienso y siento.
Gracias Sorbo.
Agnyez!
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Difícil decisión, aunque si la tengo que tomar… prefiero el cactus. Tienen unas flores tan bonitas!!!
Creo que la decisión de amar para toda la vida, es complicada, pero hacer que el amor exista en el día a día, con la rutina, los problemas y el vivir… pueden conseguir que poco a poco ese amor exista para siempre.
Un besote de esos grandes, Agniezka…
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Querida Maria, es que si vemos el amor como un todo sera muy dificil soportar su peso. Es mejor dividirlo simplemente en días, en pequeñas porciones que podamos asumir en su justa dimensión. Creo que solo así sera posible amar para siempre, decidiendo pues amar un día a la vez.
Gracias por comentar,
Agnyez!
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