Todo aquel que me conoce, sabe de mi gusto por la lectura… así como también de la linea feminista que corre por mis torrentes sanguíneos… Isabella Santo Domingo, me ha brindado un buen material para analizar y disfrutar plenamente. El libro se titula «Los Caballeros las Prefieren Brutas», y entre sus páginas queda al descubierto la raíz de como las mujeres hemos logrado durante muchos años gobernar a los maridos y por ende gobernar el mundo… sin que nadie se diera cuenta de esta situación.
Habla de hacernos las tontas y así lograr que ellos asuman su papel protector ante nosotras. Pero igualmente narra acerca de las complicaciones que nos ha traído el asunto este de la «liberación femenina»… que dicho sea de paso, de nada nos ha liberado… al contrario, más problemas nos ha traído.
Entre las muchas teorías que desarrolla Isabella a lo largo de todo el texto extraigo a continuación aquellas que más fuertes me resultaron… a veces por directas, y otras simplemente por lógicas.
¿Tener responsabilidades propias es la verdadera libertad?
Es esa bendita manía que tenemos los seres humanos de perder el interés en algo, justo en el momento en que logramos lo que siempre hemos deseado.
¿Será que el éxito profesional es inversamente proporcional a la estabilidad emocional?
Si, por el contrario, usted insiste en que es una mujer de mundo, competente, capaz y, ni Dios lo quiera, tan exitosa que incluso gana mas que él, lo único que logrará es que repentinamente olviden todos esos detalles cursis que, admitámoslo feministas o no, a todas nos encantan: las rosas, las tarjetas Timoteo, la carta perfumada, las serenatas con mariachi trasnochado, olas consideraciones, las palabras cariñosas; los gestos románticos, como abrirnos la puerta del carro o ayudarnos a poner el abrigo así uno misma pueda ponérselo mas rápido y mejor que con su ayuda. Pase lo que pase, nunca debemos quitarles esa responsabilidad. No es aconsejable, desde ningún punto de vista, quitarles la ilusión de que son ellos los que están con el control, que son los más útiles, los más inteligentes, los más capaces, los más…
Exitosas y muy inteligentes, a ninguna que se conforme solo con ocupar los importantes puestos que tienen. Todas ellas han admitido en algún momento que no se sienten bien cuando a regresan a sus casas vacías y no han podido realizarse como mujeres, esposas y madres. Por una sencilla razón: ¡alguien tiene que ceder!
Como algunas manipulan al marido o al novio sin levantar la voz, haciéndose las idiotas logran maravillas. Y todos contentos.
Lamentablemente, tal como la señora López, al parecer, en nuestros tiempos, ninguna mujer moderna y preparada puede mantenerse enamorada de quien no lo inspire admiración.
continua…
Mi madre decia: «Detrás de un gran hombre hay una gran mujer» ya que ésta es la que le inspira o le ayuda en su crecimiento como profesional o un hombre de negocios. La mujer con su labor silenciosa muchas veces hace más en el ámbito profesional que el mismo hombre porque toda ella encierra: serenidad, fortaleza y entrega sin esperar nada a cambio.
De todos modos mil gracias por compartir este relato tan interesante. Nos llama a reflexionar. 🙂
Me gustaMe gusta
El problema radicará que en algún momento las mujeres dejamos de pensar en nosotras sólo por pensar en el bienestar de los maridos e hijos.
La técnica es el equilibrio.
Agnyez!
Me gustaMe gusta
Exacto: «equilibrio» esa es la palabra clave.
Un abrazo,
Gloria
Me gustaMe gusta
Mi madre, en cambio, decía, «detrás de un gran hombre hay una mujer sorprendida». :p
Me gustaMe gusta
:P… A veces no siempre.
Agnyez!
Me gustaMe gusta
También es cierto. Y otra cosa que decía mi madre: «No hay buenos esposos, sino buenas tapadoras». Un abrazo, feliz día del Idioma.
Me gustaMe gusta
Interesante reflexión, me gustó mucho, y no es decirlo por decir.
Me gustaMe gusta
Y eso que es sólo la primera parte. Espero que las otras te gusten también.
Agnyez!
Me gustaMe gusta
es una reflexión que roba mi atención
Me gustaMe gusta
Me declaro culpable de hurto entonces.
Agnyez!
Me gustaMe gusta
culpable eres
Me gustaMe gusta
El matrimonio no tiene que ser competencia, si así se asumiese, cualquier dia se naufraga.
Me gustaMe gusta
Es cierto, pero hay que saberse manejar ante las situaciones que nos atañen.
Agnyez!
Me gustaMe gusta
Comparto mi vida con una dama no bruta y nos va mal cuando fingimos lo que no somos.
Me gustaMe gusta
Querido Juan… No ante todas las situaciones se emplean las mismas técnicas de resolución. Que bueno que en el caso de ustedes esos trucos no se requieran, pero te confirmo que hay casos en los que son necesarios.
Gracias,
Agnyez!
Me gustaMe gusta