Decir que lo presentía sería mentir. Todo estaba en perfecto orden, nada fuera de lugar. Ese miércoles sólo decidí hacer un alto a las diligencias para almorzar en casa, en tu compañía. No sé de donde me surgió esa comida sorpresa, es sólo que el ánimo me embargó el espíritu y me atreví.
Fue extraño encontrar un auto en mi parqueo, pero no le dí la menor importancia, nunca estoy en casa a esas horas. “El vecino tiene visitas”, pensé, mientras subía las escaleras hacia el tercer piso.
La televisión se escuchaba en todo el corredor, el ruido era tan ensordecedor que no se percataba el sonido de mis llaves al abrir las puertas. Fue esa cartera de mujer la que me sobresaltó. Instintivamente fuí a nuestra habitación.
La puerta estaba semi abierta, la claridad del medio día no me ocultó lo que pasaba en nuestra cama matrimonial.
Ay que estoy acabará mal…
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Maybe it be… 😉
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Por Dior, por dior… aquí se va a liar gorda….! Empieza a gustarme…..
Un beso de los de… ya sabes…! de domingo.
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Ya verás como termina la historia.
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lo bueno de esto es que no era una cama king size…siempre es más cruel un engaño en una cama de esas dimensiones. Me recuerdas a mi vecina….
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Comoquiera es cruel el engaño. ¿Qué le pasó a tu vecina?
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le dije que me hiciera un lugar en su cama, por ese rumbo va la historia con ella, mi vecina
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o_O… Sin comentarios para la prensa.
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aunque ella aún no quiere, dice que es aún prematuro
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Bueeeh…. Sí tiene que ser, será.
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y sino, pues que vengan nuevas vecinas, besos hermosa
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Bendito sea tu positivismo.
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Yo creo que pasará cualquier cosa menos que pille al maromo con otra, esperaremos a ver qué es 😀
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Esperemos…
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