Muchas son las películas, los libros, las conferencias, que se han dedicado a descifrar el más grande misterio de todos los tiempos. Cada década se encuentra una dieta o un deporte, un país o un estilo de vida que intente acercarse al objetivo.
Voy a ser directa, son boberías, patrañas publicitarias, simples mentiras de marketing. Lo que se vislumbra en las pantallas de Hollywood también resulta falso.
El tai-chi, los viajes al Tibet, la meditación con el Yoga, las peregrinaciones a la Mecas, las técnicas del Fen-Shui, el uso del incienso y la quema de aceites… todos estos mediantes también resultan ficticios.
Es que las personas nos hemos empeñado en buscar respuestas en lugares erróneos. No se pueden mezclar los conceptos. Los vacíos internos no se llenan buscando hacia afuera.
Hemos olvidado que la felicidad es un concepto propio, íntimo y personal. Si te place cantar porque esperar a hacerlo ante el más grande auditorio… Lucete cantando en el parque a los niños y ancianos. Si eres diestra diseñando piezas de vestir, no esperes a que Christian Dior te contrate para mostrarle al mundo lo hermoso de tu arte. Si tu habilidad se traduce en pinturas, colores, pinceles y lienzos, ¿qué esperas? Las paredes de tu casa, tu auto y hasta la acera de tu calle son espacios para colorear.
Ya deja de esperar a estar en la cima para demostrar de lo que eres capaz. Hazlo ahora y llena de sonrisas los rostros de los seres que amas y que te aman. Basta de esperar un futuro que cada día se vuelve presente. Hoy y ahora, es el mejor momento.
Para mi es sencillo, el secreto de la felicidad radica en disfrutar de las pequeñas cosas.
[…] Cuando logras vivir de acuerdo a tus prioridades, notas que hay muchas cosas innecesarias que consumen tu valioso tiempo; las eliminas, y en tu nueva hoja en blanco comienzas a plasmar lo que de verdad vale la pena. Aprendes a ser firme y dices NO, sólo para decir Si a lo realmente importante. Entonces vas descubriendo el secreto de la felicidad. […]
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Este sorbo tuyo debería tatuarmelo en la frente para cada mañana verlo y recordarlo. tal vez, así la tontería de la autocompasión paralizantre desaparecería y ya no escucharía más metas imposibles: «¿para qué escribo si nunca seré Dostoyeski?, ¿para qué fotografío sino lo haré jamás como Madoz?, ¿para qué pintar si Velázquez sólo hubo uno?, ¿para que cocinar si mi cocina nunca será la del Bulli?, etcétera, etcétera Nuestro hoy creativo es lo importante. NO es bueno olvidarlo.
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Aún sigo buscando las frases idóneas para responderte, confieso que no las he encontrado. Sólo me resta decirte que me agrada saber que este texto te ha gustado tanto. Te doy una sugerencia, imprime la foto y el titulo y pégalo al espejo en el que te ves cada mañana, no tendrás que leer la entrada completa, tú sabrás el significado.
Agnyez!
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Es una buena idea. Mucho más económica que una terapia. Y la foto es tan decorativa además (y muy apropiada con el espíritu comedietante de mis cociditos). Gracias, de nuevo.
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Gracias a ti por darte tus vueltecitas por aquí.
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Es un placer
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