
del miedo a ser yo misma,
de todo aquello que me impida el ejercicio de mi libertad,
del activismo sin razón. Quiero ser viuda,
de la soledad
de los rencores y resentimientos
y de la arrogancia de pensar que poseo la verdad. Viuda
de los prejuicios que me limitan,
para aprender y disfrutar de mí y también de los demás,
del desamor, la indiferencia
y el hastío de vivir. Viuda del olvido de Dios,
porque es reconfortante y prometedor saber
que gracias a tu infinito amor,
haga lo que haga y
esté donde esté
siempre puedo volver a Ti. 27 de septiembre del 2008
09:13 AM
libertad cada segundo, se prisionera de tu propia libertad (wm)
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